ALETEIA

martes, 7 de agosto de 2012

Dogma de la maternidad Divina de Maria

1. ΜARÍA ES VERDADERA MADRE DE DIOS

María es verdadera Madre de Dios (de fe).

Magisterio de la Iglesia
CONCILIO DE EFESO, 431

D-111a Pues, no decimos que la naturaleza del Verbo, transformada, se hizo carne; pero tampoco que se trasmutó en el hombre entero, compuesto de alma y cuerpo; sino, más bien, que habiendo unido consigo el Verbo, según hipóstasis o persona, la carne animada de alma racional, se hizo hombre de
modo inefable e incomprensible y fué llamado hijo del hombre, no por sola voluntad o complacencia, pero tampoco por la asunción de la persona sola, y que las naturalezas que se juntan en verdadera unidad son distintas, pero que de ambas resulta un solo Cristo e Hijo; no como si la diferencia de las
naturalezas se destruyera por la unión, sino porque la divinidad y la humanidad constituyen más bien para nosotros un solo Señor y Cristo e Hijo por la concurrencia inefable y misteriosa en la unidad... Porque no nació primeramente un hombre vulgar, de la santa Virgen, y luego descendió sobre El el Verbo; sino que, unido desde el seno materno, se dice que se sometió a
nacimiento carnal, como quien hace suyo el nacimiento e la propia carne... De esta manera [los Santos Padres] no tuvieron inconveniente en llamar madre de Dios a la santa Virgen.

D-113 Can. 1. Si alguno no confiesa que Dios es según verdad el Emmanuel, y que por eso la santa Virgen es madre de Dios (pues dio a luz carnalmente al Verbo de Dios hecho carne), sea anatema.
Fuente:El Magisterio de la Iglesia Enrique Denzinger.

Prueba de la Sagrada Escritura y de la tradición

La Sagrada Escritura enseña la maternidad divina de María,
aunque no con palabras explícitas, pues por un lado da
testimonio de la verdadera divinidad de Cristo , y por otro testifica también la verdadera maternidad de María. María es llamada en la Sagrada Escritura : «Madre de Jesús» (Ioh 2, 1), «Madre de El [de Jesús]» (Mt 1, 18; 2, 11, 13 y 20; 12, 46; 13, 55), «Madre del Señor» (Lc 1, 43). El profeta Isaías anuncia claramente la verdadera maternidad de María : «He aquí que la Virgen concebirá y parirá un hijo, y llamará su nombre Emmanuel» (7, 14). Con palabras muy parecidas se expresa el ángel en la embajada que trae a María : «He aquí que concebirás en tu seno y parirás un hijo, a quien darás por nombre Jesús» (Lc 1, 31). Que María sea Madre de Dios está dicho implícitamente en las palabras de Lc 1, 35: «Por lo cual
también lo santo que nacerá [de ti] será llamado Hijo de
Dios», y en Gal 4, 4: «Dios envió a su Hijo, nacido de mujer». La mujer que engendró al Hijo de Dios es la Madre
de Dios.

Los santos padres más antiguos, igual que la Sagrada
Escritura, enseñan la realidad de la verdadera maternidad
de María, aunque no con palabras explícitas. SAN IGNACIO
DE ANTIOQUÍA dice : «Porque nuestro Señor Jesucristo fue
llevado por María en su seno, conforme al decreto de Dios
de que naciera de la descendencia de David, mas por obra
del Espíritu Santo» (Eph. 18, 2). SAN IRENEO se expresa
así: «Este Cristo, que como Logos del Padre estaba con el
Padre... fue dado a luz por una virgen» (E_pid. 53). Desde el
siglo III es corriente el uso del título Theotoko. De ello dan
testimonio Orígenes (un testimonio, supuestamente anterior,
de Hipólito de Roma es probablemente interpolado),
Alejandro de Alejandría, Eusebio de Cesarea, Atanasio,
Epifanio, los Capadocios, etc., y también Arrio y Apolinar de
Laodicea. SAN GREGORIO NACIANCENO escribe, hacia el
año 382: «Si alguno no reconociere a María como Madre de
Dios, es que se halla separado de Dios» (Ep. 101, 4). San
Cirilo de Alejandría fue el principal defensor, contra Nestorio,
de este glorioso título mariano.

A la objeción de Nestorio de que María no era Madre de
Dios porque de ella no había tomado la naturaleza divina,
sino únicamente la humana, se responde que no es la
naturaleza como tal, sino la persona («actiones sunt
suppositorum»), la que es concebida y dada a luz. Como
María concibió y dio a luz a la persona del Logos divino, que
subsistía en la naturaleza humana, por ello es verdadera
Madre de Dios. Así pues, el título de Theotokos incluye en sí
la confesión de la divinidad de Cristo.
Fuente:MANUAL DE TEOLOGÍA DOGMÁTICA Ludwig Ott

La maternidad divina de María desde el Catecismos de la Iglesia Católica

495 Llamada en los Evangelios "la Madre de Jesús"(Jn 2, 1; 19, 25; cf. Mt 13, 55, etc.), María es aclamada bajo el impulso del Espíritu como "la madre de mi Señor" desde antes del nacimiento de su hijo (cf Lc 1, 43). En efecto, aquél que ella concibió como hombre, por obra del Espíritu Santo, y que se ha hecho verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad. La Iglesia confiesa que María es verdaderamente Madre de Dios ["Theotokos"] (cf. DS 251).

466 La herejía nestoriana veía en Cristo una persona humana junto a la persona divina del Hijo de Dios. Frente a ella S. Cirilo de Alejandría y el tercer concilio ecuménico reunido en Efeso, en el año 431, confesaron que "el Verbo, al unirse en su persona a una carne animada por un alma racional, se hizo hombre" (Dz111a). La humanidad de Cristo no tiene más sujeto que la persona divina del Hijo de Dios que la ha asumido y hecho suya desde su concepción. Por eso el concilio de Efeso proclamó en el año 431 que María llegó a ser con toda verdad Madre de Dios mediante la concepción humana del Hijo de Dios en su seno: "Madre de Dios, no porque el Verbo de Dios haya tomado de ella su naturaleza divina, sino porque es de ella, de quien tiene el cuerpo sagrado dotado de un alma racional, unido a la persona del Verbo, de quien se dice que el Verbo nació según la carne" (DS113).


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